lunes, 25 de noviembre de 2013

VILLANCICOS

YA SE ESCUCHAN LAS PANDERETAS...


Entre los susurros del viento y las risas de los niños, ya comienzan a escucharse a lo lejos el sonido de los primeros villancicos...
Cuando era pequeña, en la cena de Nochebuena mis abuelos sacaban las panderetas y cantábamos toda la familia reunida entorno al belén, los villancicos mientras, al otro lado de la ventana caía la nieve...

La genial poetisa Gloria Fuertes también nos escribió uno que con su fina ironía, nos acerca a la historia de un pobre camello que tuvo que llevar desde Oriente a tres mágicos personajes. ¿Sabes de quienes hablo?

El Camello cojito

El camello se pinchó con un cardo del camino 

y el mecánico Melchor con buen tino le dio vino.


Baltasar fue a repostar 

más allá del quinto pino... 
miestras intranquilo Melchor 
consultaba su "Longinos"'.


¡No llegamos, no llegamos,

y el "Santo Parto" ha venido!
son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido.


El camello cojeando 

más medio muerto que vivo
va espeluchando su felpa 
entre los troncos de olivos.


Acercándose a Gaspar,

Melchor le dijo al oído: 
-Vaya birria de camello 
que en Oriente te han vendido.


A la entrada de Belén 

al camello le dio hipo.
¡Ay qué tristeza tan grande
en su belfo y en su hipo!


Se iba cayendo la mirra 

a lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.


Y a las tantas ya del alba 

-ya cantaban pajarillos 
a la puerta de Belén 
el supremo rey estaba


Los tres reyes se quedaron 

boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre 
a un Niño recién nacido.


-No quiero oro ni incienso

ni esos tesoros tan fríos, 
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, -repitió el Niño.


A pie vuelven los tres reyes 

cabizbajos y afligidos,
mientras el camello echado
le hace cosquillas al Niño.

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